miércoles, 24 de julio de 2013

Fray Francisco Ximénez de Quesada


Fray Francisco Ximénez de Quesada (Francisco Jiménez)

Apunte.


Sera el primer escritor del que hablemos, el padre fray Francisco Ximénez, cuyo nombre para unos sera poco conocido mientras que para otros enteramente nuevo. Aunque español de origen, es, en todo y por todo un verdadero guatemalteco. Nació en Ecija, población de Andalucía, el 23 de noviembre de 1666; y, siendo casi un niño, vino a Guatemala, en unión del presidente don Jacinto de Barrios Leal. Hizo sus estudios en el convento de Santo Domingo, de la Antigua; y, sintiéndose con vocación para el estado eclesiástico, se dedico con preferencia al estudio de la Teología; y, a la edad de treinta y tres años, pasó a Ciudad Real (Chiapas), a recibir las ordenes de sacerdote.

Conociendo los superiores dominicos las felices disposiciones del joven sacerdote para el estudio de la Filología y de la Historia, lo enviaron al pueblo de San Juan Sacatepéquez a  perfeccionarse en los idiomas indígenas  lo que hizo con facilidad y en poco tiempo,  logrando adquirir un conocimiento verdaderamente profundo y filosófico del quiché, cakchiquel y tzutuhil.

Mas tarde sirvió con celo y honradez los curatos de San Pedro las Huertas, Xenacoj, Chimaltenango, Chichicastenango y Rabinal, y, por ultimo, la parroquia de Candelaria, en la Antigua Guatemala, donde murió por los años 1721 ó 22, a la edad de 53, poco más o menos.

Dotado Ximénez de gran talento y aplicación al estudio y de memoria nada común, sobresalió  entre sus contemporáneos como teólogo  como naturalista y principalmente como profundo filólogo y erudito historiador.

Como filólogo, escribió una excelente "Gramática de las lenguas quiché, cakchiquel, y tzutuhil", obra que hizo adelantar muchísimo la lingüística  entonces tan floreciente en Guatemala, y que aun en nuestros días fue de grande utilidad al celebre abate Brasseur de Bourbourg en sus estudios sobre las lenguas y antigüedades americanas.

En este concepto publico también "El Perfecto Párroco", escrito en los tres idiomas citados, y que, como lo da a entender el titulo, fue destinado a facilitar a los curas de los pueblos de indios el ejercicio de su ministerio. Contenía nociones gramaticales de aquellas lenguas y traducciones y explicaciones en las mismas de las oraciones de la iglesia y de los puntos más importantes de la doctrina cristiana y de las prácticas religiosas. Pero la más notable que como filólogo escribió el la gran obra en tres tomos in folio, titulada "Tesoro de las tres lenguas", la cual contiene los originales y las traducciones castellanas de importantísimos documentos indígenas. como el celebre "Popol-Vuh"o libro sagrado de los quichés, descubierto por Ximénez en el pueblo de Santo Tomás Chichicastenango, y por él no solo traducido sino también aumentado con numerosos escolios. Si la fama de Ximénez como versadísimo en este linaje de estudios, hubiera necesitado confirmación, la habría adquirido sin duda con esta obra, que, desde su publicación hasta la fecha, ha sido consultada por cuantos escritores nacionales o extranjeros han escrito acerca de las creencias religiosas, de las leyes y de las tradiciones de los indios de estos países.


Portada Popol-Vuh 

Si es cierto lo que dice un autor frances, que Ximénez, en la explicaciones que hace del "Popol-Vuh", no siempre es exacto y a veces se deja guiar de las preocupaciones de su tiempo, también lo es que nuestro escritor goza de justa fama en el mundo sabio, y que su obra es estudiada y citada con respeto por los mas celebres anticuarios, así americanos como europeos.

Para convencer de que en estas aserciones no hay ninguna exageración patriótica, como alguien pudiera creerlo, basta hojear las obras de Scherzer, Henry Dum, Bancroft, Morelet y otros, y, sobre todo, las del abate Brasseur de Bourboung, pues en todas ellas se cita a Ximénez como autoridad respetable y en algunos puntos única en la materia a que nos referimos.

Otro hecho que confirma esta aserción. Cuando en 1866 se publico en Viena la traducción castellana del "Popol-Vuh", hecha por nuestro autor, y la alemana del doctor Scherzer, se suscito una polémica entre este doctor y Brasseur de Bourbourg, que tradujo la misma obra al francés, porque uno y otro se vanagloriaban de haber sido los primeros en dar a conocer en el campo de las letras al escritor guatemalteco. lo cual ciertamente no se explicaría si Ximénez fuese un autor mediano.

En concepto de naturalista escribio nuestro dominico una obra en dos tomos in folio, llamada "Historia Natural del Reino de Guatemala", que, desgraciadamente, ha desaparecido.(1)

Si Ximénez se distinguió como naturalista y filólogo, no se distinguió menos como historiador. Dos son las obras que escribió como tal: la primera se titula "Advertencias e impugnación de la Crónica de Valdez", y la segunda es la "Crónica de la Santa provincia de Chiapas y Guatemala", en cuatro tomos in folio, más conocida que la primera.

Como historiador, Ximénez es más verídico y más minucioso en la narración de los hechos _algunos de los cuales el rebelo por primera vez_, que los otros cronistas guatemaltecos, debido, sin duda, a haber consultado muchos y preciosos manuscritos, durante el tiempo que invirtió en arreglar, por orden de sus superiores, el riquísimo archivo del convento de Santo Domingo. Su lenguaje, no siempre castizo, es generalmente claro y sencillo; su estilo, en ocasiones confuso y desalineado, es con frecuencia llano e interesante; y, por ultimo, en la apreciación de los acontecimientos se muestra las más de las veces justo e imparcial.

A pesar de su verdadera importancia, la "Crónica de Chiapas y Guatemala" permaneció desconocida durante casi todo el siglo XVIII y principios del XIX; se encontró, sin embargo, después de la independencia, en la biblioteca de Santo Domingo de esta ciudad, y desde entonces ha sido consultada por cuantos escritores nacionales y extranjeros se han ocupado en la historia de Centroamérica.

La primera de las mencionadas obras históricas, es, como su nombre lo indica, de pura controversia y polémica; mientras que la segunda comprende todos los hechos del país desde los tiempos más antiguos hasta la fecha en que vivió el autor, expuestos con vasta erudición, abundancia de datos y casi siempre con ilustrado criterio.

Esto por lo hace al escritor; que, en cuanto al hombre, solo diremos que las virtudes de Ximénez estaban a la atura de su ilustración y de su talento; que cumplió fiel y exactamente los deberes de su sagrado ministerio; que sirvió como verdadero apóstol de Cristo los cargos que le confiaran y que murió llorado por todos los que lo conocieron y trataron.

No terminaremos este articulo sin advertir, para que se vea hasta donde llega el desprecio y la indiferencia de los guatemaltecos hacia sus grandes hombres, que fue necesario que Brasseur de Bourbourg publicase al principio de uno de sus libros una nota biográfica de Ximénez para que supiéramos algo de la vida de este benemérito escritor, que es, a no dudarlo, una de nuestras más puras y legitimas glorias literarias.

 Agustín Mencos Franco
Literatura Guatemalteca en el Periodo de la Colonia
Segunda Edición
Coleccion: Biblioteca Guatemalteca de Cultura Popular
Ministerio de Educación
1967 



Notas:
1. Reapareció en los últimos años y ha sido publicada por la editorial José de Pineda Ibarra.

1 comentario:

  1. Ximénez llegó a Guatemala en 1688, pero no era un niño, pues ya había estudiado filosofía y teología en España. De hecho, fue ordenado sacerdote dos años después; y en 1691 el Juez de Pesquisa Fernando López de Ursiño lo nombró su capellán.
    Horacio Cabezas Carcache

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