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jueves, 25 de julio de 2013

Guatemalteco:


NOTA


GUATEMALTECO:
Uno de tus deberes ciudadanos, consiste en interesarte por conocer todo lo grande, bello e ilustre de tu patria, porque sólo en el polvo de sus reliquias, en la entraña palpitante de su historia y de las cenizas de sus hijos preclaros, podías sentir orgullo de haber nacido en esta GUATEMALA:

¡Princesa del azul y blanco
investida con galas del Quetzal,
coronada con la albura de la Monja Blanca,
consagrada por el verbo de José Joaquín Palma
y dulcificada en el marcial pentagrama de Rafael Alvarez Ovalle!

Arnoldo J. Cozar
Arcón Patrio
Editorial José de Pineda Ibarra
Ministerio de Educación Pública
1961

miércoles, 24 de julio de 2013

Oración Cívica a Guatemala


Oración Cívica a Guatemala

Noble matrona, de manto azul
y azul corona.                               
José Martí

Patria, estamos de pie, con los corazones en las manos, sintiendo tu presencia magnifica. Hablas, y es tu palabra un vuelo de quetzales; extiendes los brazos y hay calor para nuestros cuerpos; abres las manos, y derramas sobre todos nosotros dádivas innumerables; alzas el rostro  radioso, y se confunde con el cielo azul, entre sonrisas de nítida albura, y el sol de la libertad esplende en tus ojos.

No más seas la Níobe(1) ciega y llorosa, que perdiera a sus hijos entre las sombras de la abyección y el despotismo; antes Themis, la temida, con la espada presta a cortar las manos que quisieran ser dogal en la garganta de tu pueblo, las cabezas que urdieron intrigas para confundir a los patriotas, alzaran horcas caudinas para abatir tu dignidad, fundieran el hermoso metal de tus entrañas para moldear yugos de oro.

Que tus hijos sean como un bosque de pechos; los pies firmemente asentados en el levantado suelo de tu integridad territorial, los brazos tensos en el trabajo cotidiano, los ojos abiertos a la esperanza, nidos de amor los corazones, las frentes resplandor de dignidad.

Madre en cuyo seno vivimos, con el volcán y la mariposa, con el jaguar y el río ondulantes, con el árbol y el celaje, con el mar y la amada joven, con los pájaros en recreo y el pensativo ciprés, con la rosa grácil y el nutritivo maíz, con la miel rubia y la piedra labrada de los mayas, con el indio de barro y el huésped extranjero de obsequiosa sonrisa, con la tradición colonial y el futuro inminente de la posguerra.

Madre Patria, escucha nuestro voto tembloroso; nunca nos creímos más cerca de ti, en solidario coro, en ronda amorosa; nunca más inquietos, más responsables de tu vida y la nuestra, más fuertes y a la vez más inseguros, entre la espada y la pared, en la encrucijada del destino, en la hora cero de nuestra existencia.

Madre Patria, en tu día de fiesta, bajo el azul del cielo que copia tu manto y tu bandera, bajo el signo alado del quetzal, en el viento libre de esta mañana de septiembre que orea el recuerdo de tu independencia, escucha nuestro voto tembloroso; estamos dispuestos a luchar por ti y a caer en la lucha, si los hados nos son adversos, besando tus plantas de única señora.

Di tu palabra ahora, que ha de darnos vigor para la lucha; alza tu brazo invencible; sonríe a tus hijos congregados; ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte amén.

David Vela
El Imparcial, septiembre 15 de 1,944