Rafael Landívar |
Salve cara Parens,
Dulcis Guathimala, Salve
A la Ciudad de Guatemala (Antigua Guatemala) Rafael Landívar
Versión de Manuel José Arce y
Valladares, con la colaboración
del latinista José Manuel
Barbales.
Salve, madre amada, dulce Guatemala, salve.
Fuente, origen, delicia de mi vida.
Cómo alienta recordar, patria, tus dones;
Tus fuentes y tus calles, tus iglesias, tus casas y templado clima.
Ya me parece distinguir tus ricos bosques,
tus campos siempre verdes por el don de perpetua primavera.
Y recuerdo los ríos que por tu suelo corren
y de árboles umbrosos cubiertas las riberas.
Ya las casas por dentro bellamente adornadas
y los muchos vergeles engalanados con idalias rosas.
¿A qué hablar en las lanas, teñidas con el múrice de Tiro
y a qué hablar de las sedas de lujo esplendoroso?
Todos estos recuerdos avivan mi amor patrio
y para mis nostalgias son el más dulce alivio.
Pero me engañan locas ilusiones
y ocupan sueños vanos el pensamiento mío,
pues lo que ha poco fuera alcázares, templos y soberbia
capital de un gran reino, es un montón de ruinas.
Ya no queda a sus gentes ni calles ni edificios
y no estarán seguras ni escalando las cimas.
En hórrida catástrofe precipitóse todo
y de árboles umbrosos cubiertas las riberas.
Ya las casas por dentro bellamente adornadas
y los muchos vergeles engalanados con idalias rosas.
¿A qué hablar en las lanas, teñidas con el múrice de Tiro
y a qué hablar de las sedas de lujo esplendoroso?
Todos estos recuerdos avivan mi amor patrio
y para mis nostalgias son el más dulce alivio.
Pero me engañan locas ilusiones
y ocupan sueños vanos el pensamiento mío,
pues lo que ha poco fuera alcázares, templos y soberbia
capital de un gran reino, es un montón de ruinas.
Ya no queda a sus gentes ni calles ni edificios
y no estarán seguras ni escalando las cimas.
En hórrida catástrofe precipitóse todo
como herido por Júpiter con sus alados fuegos...
Pero, ¿por qué dolerme, si surgen de sus ruinas
los altos edificios, los elevados templos
y los ríos reparten sus aguas abundosas?
Llena la muchedumbre nuevamente las calles
porque vuelve a los hombres la quietud anhelada;
y, como el ave Fénix, de sus propias cenizas,
has surgido a una vida más feliz, Guatemala.
¡Regocíjate. madre, del reino ciudad ínclita!
Que vivas muchos siglos sin tener nueva ruina.
Heme aquí con mis cantos pronto a exaltar tu triunfo,
de una súbita muerte, de los astros dormidos a la etérea región.
Pero, ¿por qué dolerme, si surgen de sus ruinas
los altos edificios, los elevados templos
y los ríos reparten sus aguas abundosas?
Llena la muchedumbre nuevamente las calles
porque vuelve a los hombres la quietud anhelada;
y, como el ave Fénix, de sus propias cenizas,
has surgido a una vida más feliz, Guatemala.
¡Regocíjate. madre, del reino ciudad ínclita!
Que vivas muchos siglos sin tener nueva ruina.
Heme aquí con mis cantos pronto a exaltar tu triunfo,
de una súbita muerte, de los astros dormidos a la etérea región.
Entre tanto, recibe mis dolidos acentos
y sé tu, patria mía, mi mejor galardón.
y sé tu, patria mía, mi mejor galardón.
Guatemala, octubre de 1931.
Universidad de San Carlos de Guatemala
Publicación Trimestral Número 21
Estudios Landivarianos
Volumen I
Guatemala, 1950