sábado, 2 de noviembre de 2013

El Chucho sin Dueño (Cuento)

"...se enroscó sobre las baldosas frías
del corredor de una casa llena de
maléficas sombras..."

EL CHUCHO SIN DUEÑO

I

¡Siempre fue un misterio...!

Nunca se supo de dónde había llegado aquel perro.

Lo cierto es que un domingo se le vio por primera vez en el pueblo.

Todos lo miraban con cautela, aunque el animal les agradaba.

El perro se notaba cansado.

A la vez daba muestras de desesperación. Ya iba, ya venía de una a otra puerta y en vano buscaba con angustia el olor del amo.

¡Jamás halló la huella perdida!

Abatido y hambriento al quinto día de vagar, con lentos movimientos de tristeza se enroscó sobre las baldosas frías del corredor de una casa llena de maléficas sombras.

Los vecinos de San Juan, de tanto ver horribles fantasmas en aquellas vivienda, dieron en llamarla La casa de los espantos.

Posteriormente le llamaron. La casa de la sabia.

Le dieron ese nombre porque allí vivía una niña, llamada Blanca Lydia. De ella se contaba con sorpresa y aire de misterio, que había llorado estando aún en el vientre de la madre.

La versión sirvió de fundamento para creer que la niña gozaba de privilegios extraordinarios. Entre ellos el de ser vidente...

¡Siempre fue un misterio...!

Nunca se supo de dónde había llegado aquel perro. 

Lo cierto es que después de varios días, se encariño con la casa y echó raíces de querencia en ella. Allí dormía y no lo pudieron retirar de ese lugar.

-Con el correr de los meses, la arrogante estampa del perro se esfumo a fuerza de hambre y la mano del abandono la modeló sobre los vaciados del trascijamiento.

Cuando llegó a ese estado la gente le huía.

El perro despedía mal olor; el roñoso jiote sustituyo en su cuerpo el suave y brillante pelo que lo acreditaba como perro noble y de casta fina.

El animal vagabundeaba por todas partes, pero nunca le iba tan mal, como cuando pasaba por la escuela. Al pasar por ese lado, los niños lo apedreaban gritando: "Allí va el chucho sin dueño".

Por su calidad supo sobrellevar los riesgos de la inclemencia, pero cuando los instintos del hambre le hicieron aullar se volvió mañoso.

Por esa causa lo castigaban con severas apaleadas.

Pero no le quedaba otro recurso; después de sufrir la paliza, volvía a las andadas.

De esa cuenta, el perro llegó a ser hábil ladrón.

Así se mantuvo. Esa fue la trayectoria de su nueva vida en el pueblo de San Juan Patrón.


II

Blanca Lydia dejó de ser sabia y se convirtió en novia. Es decir, al querer, perdió la videncia y el poder.

Muchos apuestos y variados mozos, le visitaban. 

Mas en la calle se afirmaba que sólo Aníbal Segovia era el novio. Además se sabía que en breve pediría su mano.

¿Quién no sabía de aquellas relaciones?

Todos los vecinos lo sabían y mientras los novios divagaban en nubes de románticas ilusiones, unos aprobando y otros criticando, ellos a la chita-callanda discurrían tales amores.

Con el ir y venir de las voces que llevaban y traían las gentes del pueblo, la noticia llegó a oídos de Miguel Ángel Flores.

Pero era hombre por sencillo crédulo y además confundía la amabilidad con querer de una mujer.

Esa ingenuidad le hizo creer que Blanca Lydia, le amaba de verdad porque en más de una vez, le fue amable y hasta se rió con él. También en ciertas ocasiones Blanca Lydia recibió de sus manos, lindos ramos de flores.

Pero era hombre por sencillo crédulo y además confundía la amabilidad con el querer de una mujer.

Esa ingenuidad le hizo creer que Blanca Lydia, le amaba de verdad porque en más de una vez, le fue amable y hasta se rió con él. También en ciertas ocasiones Blanca Lydia recibió de sus manos, lindos ramos de flores.

Pero, ¿de quién no recibía flores, si la gente le rendía homenaje y por bonita decían que era reina o patrones del pueblo?

La noticia llegó a Miguel Ángel Flores, como torbellino de amarguras y el amor propio le hizo sentirse traicionado porque estaba ciego de amor por ella.

Herido en ese sentido, los dardos del despecho le destrozaron el corazón. Los embates de la dignidad le embotaron la cabeza.

¡El hombre se vio abrumado!

Luego, ya sin freno moral, se aceleró en su pecho el péndulo de la venganza.

En seguida, casi dentro de los límites de la locura, juró una vez y volvió a jurar que se vengaría.

Hizo una cruz sobre la tierra y la besó. Al tiempo de besarla, juró otra vez más, diciendo: "Blanca Lydia, ni para mí, ni para nadie...".

Y el loco se perdió en el fondo de una calle jurando grito en garganta pronta venganza.


III

Con el cartelón de la amenaza, los días pasaban tediosos.

Todo era visible, el vecindario lo adivinaba. Lo único que no se miraba, era la aguja del destino que caminaba como un segundero en el reloj de la vida.

La lentitud de las horas, la amargura del tedio, y el nerviosismo de los desvelos pusieron a Blanca Lydia, con la situación de cara hacia un camino lleno de abrojos.

Y fastidiada Blanca Lydia por la presencia del perro hediondo, en arrebatos de mal humor, derramó una jarra de agua caliente sobre la cabeza del noble animal.

Quizás su intención fue retirado del lugar, pero no lo consiguió.

El perro a pesar de su dolor, siguió queriéndola; mas no abandonó el corredor de la casa.

¡Causaba lástima ver aquel animal!

Caminaba con la cabeza vencida casi arrastrándola. La oreja izquierda florecida de gusanos. El dolor y los punzazos de la intención lo llevaban en esa esa situación.

Por donde pasaba dejaba huellas de sanguaza.

Los días pasaban tediosos. Todo era visible, el vecindario lo adivinaba. Lo único que no se miraba, era la aguja del destino que caminaba como un segundero en el reloj de la vida.

La lentitud de la horas, la tortura de los celos y la locura de la venganza, pusieron a Miguel Ángel Flores con la situación de cara hacia el camino del crimen.

Y una noche lóbrega, tenebrosa y sin estrellas, tal como es el alma del destino, logró burlar toda vigilancia y penetró en las habitaciones de la niña.

Nadie lo vio. Nadie lo sospechó.

Sólo el ojo avizor del doliente animal, mantenía vigilancia en torno a la casa donde vivía la codiciada niña.

Blanca Lydia estaba con la vida en un hilo.

Décimos de segundo faltaban para que el vengador enfundara en el inocente pecho de aquella criatura, su filosa daga.

Mas el perro, sacando fuerzas de flaqueza, con rabiosa furia, atacó al asesino.

Le desgarro las sentaderas y de una fuerte e instantánea sacudida lo tumbó al suelo.

En el piso se devanaban dentro de una poza de sangre Miguel Ángel Flores y el perro guardián de la niña.

Mientras tanto Blanca Lydia al despertar, gritó pidiendo auxilio.

La familia presta llegó y el loco al verse acosado, pies en polvorosa huyó.

Y el perro, ¿a esa hora donde estaba? Se hallaba sobre las baldosas frías del corredor; se hallaba fatigado; se hallaba agotado.


IV

¡Siempre fue un misterio...!

Nunca se supo de donde había llegado aquel perro.

Lo cierto es que en el caso de la niña que estuvo a punto de ser muerta, el perro fue su ángel salvador.

La lentitud de las horas, la desesperación del mal que llevaba en la oreja y el instinto de fidelidad, pusieron al noble animal con la situación de cara hacia el camino de la muerte.

Todo el pueblo comentaba la tragedia, y cuando el abuelo de Blanca Lydia llego con un collar de oro a premiar la acción del perro, ya estaba muerto.






Manuel Lemus Racinos
"El Viejo Fila"
Cuentos Orientales
Editorial "José de Pineda Ibarra"
Ministerio de Educación Pública
1964

jueves, 24 de octubre de 2013

El Caso de Belice, Parte 2 El Tratado Godolphin 1670 y la Paz de Utrecht 1713


Parte II

El Tratado Godolphin - 1670 y la Paz de Utrecht -1713

En 1670 se firma en Madrid el tratado de Godolphin, suscrito por el plenipotenciario inglés, William Godolphin y el español, Gaspar Bracamonte y Guzmán. En este tratado, entre otros temas, España termina por reconocer la soberanía inglesa sobre todas las tierras situadas en las "Indias Occidentales" (América) que estuvieran bajo control administrativo británico, "todas las tierras, islas, colonias y dominios situados en las Indias Occidentales...que el rey de la Gran Bretaña tiene y posee al presente", importante el hecho de que no queda especificado en dicho Tratado cuales eran estas tierras. 

Cuando alrededor de dos años después la reina de España emitió una cédula contra la piratería, en la cual ordenaba confiscar todos los barcos cargados con palo de tinte; entonces los ingleses, para defender el derecho (que no tenían) a exportar la madera trataron de reclamar lo pactado en el Tratado de 1670, sosteniendo que los Establecimientos ingleses en Yucatán y por ende el ubicado en lo que hoy es Belice, quedaban comprendidos en dicho Tratado en virtud del uso y ocupación efectivas. (Pero Inglaterra no tenía ninguna colonia o establecimiento oficial en todo el litoral del golfo de Honduras)

España por supuesto rechaza este punto de vista y alega que solo el hecho de habitar una tierra no es en esencia poseerla y que ella no había perdido la soberanía sobre estas regiones. Lo que los ingleses buscaban era justificar y con ello legalizar por así decirlo las usurpaciones cometidas, alegando que las tierras no estaban habitadas por españoles; Godolphin le termina dando la razón a España, ya que de apoyar lo reclamado sería reconocer a Inglaterra el derecho de colonizar tierras propiedad de la Corona Española no habitadas, sería llegar al mismo absurdo de reconocer que España tendría el mismo derecho de colonizar los montes y ríos de la Inglaterra deshabitada; por otro lado Godolphin recomendaba que el corte de madera se hiciera encubierto y a trasmano (under hand), y trato de convencer a España para que aceptara tal practica.

Sir William Godolphin
Un mes después de la carta de Godolphin, la Reina de España expidió otra cédula declarando piratería la ocupación no autorizada, y el comercio con las Indias Occidentales. "A partir de entonces la actitud británica fue de un aparente reconocimiento incuestionable de la soberanía española; acompañado, durante más de cuarenta años, de esfuerzos patéticos para inducir a España a conceder el privilegio del corte de madera"1.

A pesar de dicho Tratado, la Corona Inglesa continuaba protegiendo abiertamente a los piratas, los cuales se internaban en territorios de Yucatán, Campeche y Guatemala. Así, en el año de 1696, se apoderan de la isla de Tris en la laguna de Términos (actualmente se le conoce como Isla del Carmen, Campeche). La gota que derrama el vaso, y el virrey de México, por ordenes del Rey de España, envía contra ellos una expedición al mando de Alonso Felipe de Andrade, quien de manera brillante derrota a los ingleses y los desaloja de la isla en el año 1717 después de 21 años de ocupación.

La Paz de Utrecht 1713

Ya en 1713, España había sentado definitivamente su interpretación del Tratado de 1670, en el sentido de que quedaban excluidos de dicho tratado los "Establecimientos Madereros". Las proposiciones presentadas para el tratado de Utrecht por parte de Lord Lexington quien, mas o menos tenía la misma línea que la de Goldphin, contiene, según Alder Burdon, "una abyecta confesión de culpa de la Gran Bretaña y el propósito de sujetar el corte de palo a la licencia y al buen comportamiento". Los artículos propuestos por Lexington no fueron incluidos en el tratado, sino que más bien se introdujo una cláusula de redacción ambigua en la que parecía reconocerse ciertas "libertades y facultades a los ingleses existentes antes del tratado, y que más tarde sirvieron de base a la argumentación inglesa de que dicha clausula reconocía los derechos de Inglaterra sobre Belice".2

De 1717 a 1729 se desarrolla en Europa la guerra entre España e Inglaterra, durante la cual España sostuvo que los frecuentes hechos de armas e incursiones para expulsar a los piratas madereros no habia sido reclamados por Inglaterra, lo cual equivaldría al reconocimiento de la soberanía española. Mientras esto pasaba en el Viejo Mundo; en las colonias, Figueroa y Silva, gobernador y capitán general de Yucatán, llevaba a feliz término su brillantísima campaña, que dio por resultado la expulsión de los piratas de todos los puntos que ocupaban y culminó con la ocupación y destrucción de Belice, "sin consideración alguna al gobierno inglés a quien no se consideraba interesado en aquel nido de bandidos".3 La primera reclamación formal hecha por inglaterra, fue, precisamente en 1729, después de la paz de Sevilla, fecha en que denunció como vejatorios los heroicos hechos de Figueroa en Belice; el Gobierno español reprobó entonces la campaña de Figueroa, pero, arrepentido más tarde de su injusticia, retiró la reprobación. Este gran capitán murió en 1733, "con la muerte de Figueroa perdió Yucatán el más grande de sus gobernadores, y a su patriotismo, valor, celo y constancia debe México el que su suelo no haya sido hollado por los ingleses y que estos se hayan concentrado a despojar a la débil Guatemala de los 20,000 Kilómetros cuadrados que, contra jure, aún conservan en posesión".4

Conclusiones

En el tratado de Godolphin, se encuentra una llamada que aclara cuáles eran las posesiones británicas en América a la fecha del tratado, dejando ver que Inglaterra poseía en 1670:
La Isla Barbada,
La Nueva Inglaterra,
La San Cristobal,
La Canadá,
La Jamaica,
La Nevis,
La Antigua,
La San Vicente,
La Dominica,
La Monserrate,
La Anguila,
La Carolina,
La Nueva Founkland,
La de Tabuco,
La Providencia,
Puerto Rico,
La de Barran,
Las Virgenes,
La Sombrero,
San Martín,
Sabá,
Estacca,
Las Nieves, Redonda, Tilán, Taria, Guadalupe, La Deseada, Marigalan, Todos Santos y las provincias de Nueva Jersey, Pensilvania, Maryland y Nueva York.

Como puede observarse, El campamento de Belice no se encuentra comprendido en esta extensa lista. por lo que es completamente absurdo alegar que dicho territorio quedaba considerado en dicho tratado de 1670.

Despues de la muerte del destructor de la guardia de piratas en Belice, El Gran Capitán y Gobernador de Yucatán, Antonio Figueroa y Silva, aquellos volvieron a ocupar los cayos cercanos a la costa, y en 1737 se establecieron otra vez en el territorio, avanzando continuamente y practicando el contrabando. Para evitar esto, España celebró con Inglaterra, en 1739, el tratado del Pardo, pero Inglaterra cometió tan flagrantes violaciones a dicho tratado, que España se vio obligada a declararle la guerra, que terminó con el tratado de Aquisgrán de 1748. De aquí en adelante, en 1750, 1753, 1756 y 1761, España insistió formalmente en sus derechos y no vaciló en calificar como robo el corte de madera.

El Caso de Belice
Gustavo Santizo Gálvez
y
Belice Tierra Nuestra
Francis Gall
Editorial "José de Pineda Ibarra"
Ministerio de Educación Pública
1975 y 1962 respectivamente

Notas:
1. John Alder Burdon, "Archives of British Honduras", 1931-1934.
2. Burdon, obra citada.
3. Asturias, "Belice", 1925, página 19.
4. Asturias, obra citada, página 20.

jueves, 10 de octubre de 2013

El Caso de Belice, Parte 1 Fundación del Establecimiento de Belice



Parte I

Fundación del Establecimiento de Belice

ANTECEDENTES

Durante los cuarenta y cuatro años del reinado de Isabel Tudor, Inglaterra da los primeros pasos hacia la formación del más vasto imperio colonial que se conoce. Sus naves surcan todos los mares y sus hombres inician, con muy diferentes procedimientos, el apoderamiento de grandes y pequeñas extensiones territoriales en todos los continentes.

La insigne hija de Enrique VIII no veía con buenos ojos el poderío que cincuenta y cinco años antes, había dado a España el talento y la audacia de un incomprendido genovés al tomar posesión a nombre de los Reyes Católicos, de los inmensos y riquísimos territorios de las Indias Occidentales. Su desmedida ambición, nota peculiar de su carácter, la llevó a emplear todos los medios posibles para acabar con la grandeza, ya un tanto menguada por la ineptitud de sus dirigentes, de la potencia política y militar más influyente de su época.

Con este fin, no vaciló en atacar el corazón mismo de la España de entonces, minando en sus colonias las verdaderas fuentes de su poder y de su gloria. Protegió abiertamente a brillantes aventureros, quienes, comandando a verdaderos bandidos de mar, se dedicaron a la fructífera tarea de asolar las costas americanas sin el menor respeto a la soberanía de España ni a la vida de sus súbditos, que, por otra parte, la metrópoli no estaba en posibilidad de proteger dada la situación política del momento en Europa, las inmensas distancias que la separaban de sus colonias y la innegable decadencia de su marina.

Esos merodeadores (algunos "verdaderas glorias de Inglaterra") que la política ambiciosa de Isabel lanzo sobre las indefensas colonias españolas en América, dejaron a su paso las más terribles y sangrientas huellas; su obra, continuada en un lapso de más de docientos años, fue de tremenda consecuencias para los países costeros del mar Caribe, los cuales sufrieron, por las hazañas de aquellos insignes navegantes, la pérdida de cientos de vidas, la destrucción de aldeas y pueblos, el saqueo de ciudades enteras, la usurpación de territorios y que, a la postre, pagaron, según una opinión inglesa, como tributo a las armas conquistadoras (?) de tan distinguidos marinos, con un paupérrimo territorio, sin ningún valor estratégico y de apenas 22,270 kilómetros cuadrados: Belice.

La primera noticia que se tiene de la aparición de estas "buenas gentes" en los mares americanos, se remonta al año 1570, fecha en la que, según refiere Francisco Asturias, la América Central tuvo que cambiar sus rutas comerciales por los mares del sur a causa de que los piratas tenían bloqueados todos los pasos del norte. La primera invasión de territorio americano no se efectúa, sigue diciendo Asturias, sino "hasta enero de 1572, en que se presentan en Puerto Caballos tres navíos franceses y una chalupa con corsarios luteranos"1.

No vamos a hacer aquí la reseña histórica de la interminable serie de crímenes cometidos en las Américas por los piratas al servicio de Francia e Inglaterra, naciones que, en aquellos tiempos, se hallaban interesadas en el debilitamiento de España. Dando un salto de cien años, nos colocamos en 1670, en que ya se encontraban los piratas ingleses establecidos en territorios pertenecientes a la parte septentrional de la Capitanía General de Guatemala.

¿Cómo y cuando llegaron y se apoderaron esos señores de aquellas comarcas? Es una cuestión acerca de la cual no se han puesto de acuerdo los historiadores. Isabel I, quien como hemos mencionado fomentó la piratería para enriquecer a la Gran Bretaña con el producto de la rapiña, haciendo nobles a individuos de carácter cínico y licencioso y de sin rival audacia, como Sir Walter Raleigh y Sir Francis Drake.

Sir Walter Raleigh
Un aventurero escoses llamado Peter Wallace, hombre de confianza y lugarteniente de Sir Walter Raleig en todas sus piraterías, al enterarse que había sido reconocida la hermosa bahía de Santo Tomás de Castilla, llamada después de Atique y hoy de Amatique..."compró seis buques que los tripulo con la gente más desalmada de Londres y se dirigió a la América el día 14 de mayo de 1603... me imagino que es en esta expedición cuando él llega a la desembocadura del Rió Viejo, que desde entonces comienza a llamarse de Wallace o de Belice"2. La relación que hacen algunos historiadores, situando la fundación de Belice en el año de 1717, al ser desalojados los piratas ingleses de Yucatán y Campeche por Alonso Felipe de Andrade, parece falsa, puesto que Wallace murió en 1621, poco después de haber fundado la ranchería de Belice en la desembocadura del Rio Viejo.3


La primera noticia que se tiene del Establecimiento, es un informe de 1680 relativo a la captura por los españoles, de un barco cerca de los cayos de Yucatán, o cayos de Turrinife -hoy Turrneffe- en los arrecifes situados frente a Belice.4

En el primer intento autorizado oficialmente para hacer la historia de la colonia, se asienta que el Establecimiento no es anterior a 1650. (Honduras Almanack, 1826).

También se atribuye el descubrimiento de la desembocadura del Río Belice, a Wallace, un teniente de piratas de quien se deriva el nombre Belice. (Honduras Almanack, 1827).

Otra versión afirma que el Establecimiento fue fundado en 1638, por unos marinos náufragos. (Honduras Almanack, 1829).

No falta quien considere como fundador del Establecimiento, a un jefe de corsarios escoceses, nativo de Falkland, llamado Wallace, que habiendo sido desalojado de la isla de Tortuga, erigió algunas cabañas y una fortaleza en el punto que los españoles llamaron Wallis o Belis. (Homduras Almanack 1839).Briges, asienta que fue Wellis, el famoso bucanero y ex gobernador de Tortuga, el que se estableció nuevamente en el río y le dio su nombre en 1638.5

Bancroft. afirma que fue Peter Wallace, con ochenta hombres, el primer colonizador.6

La Enciclopedia Británica atribuye el origen del Establecimiento en la Bahía de Honduras a cortadores de palo tinte que habían sido bucaneros y que se establecieron allí, en el año de 1638.7

Alder Burdon dice que hasta hoy es imposible afirmar nada en definitivo sobre este asunto. Nosotros creemos que el Establecimiento fue fundado entre los años de 1603 y 1617, ya que con anterioridad a la fecha primeramente citada, no se encuentran noticias de que el pirata que le dio su nombre a Belice, haya merodeado por el golfo de Honduras.

Lo cierto es que en el año de 1670 ya se encontraban los piratas ingleses, en número de 700, establecidos en la desembocadura del río Belice, haciendo de este punto el centro de operaciones de sus correrías y pillajes, a la vez que se dedicaban al corte de palo de tinte o de Campeche, con cuyo objeto se habían extendido hacia el interior del territorio, avanzando en todas direcciones.

Palo de Tinte o de Campeche
Refiriéndose a los cortadores de palo de tinte o de Campeche, en Belice, así como a los contrabandistas holandeses, nos dice Alcedo:8

"Quando los marineros en Jamayca se ven perseguidos por deudas o delitos, se embarcan para la bahía de Honduras; el equipage que llevan consiste en provisión de hachas, escoplos, sierras, cuchillos grandes, una piedra de afilar, un fusil, pólvora, balas y perdigones, que todo lo encierran en una arca y una tienda lada con una cuerda; su ocupación es cortar la madera más cerca del mar que es posible, y las tartanas de la Nueva Ynglaterra que van a Jamayca; si no encuentran allí carga, vienen a esta bahía a buscarla; muchas veces juntan montones los cortadores antes de tiempo, y si los dexan solos no se atreve nadie a tomarlos. ESTE TRAFICO SE HIZO UNA MADRIGUERA DE PIRATAS, Y DE MALHECHORES DE MARTINICA, JAMAYCA Y CURAZAO Y DEMÁS YSLAS ACOSTUMBRABAN BUSCAR GENTE EN LA BAHÍA, QUE ERAN ATREVIDOS, HECHOS A LA FATIGA, BIEN ARMADOS Y BUENOS MARINEROS"...(Los subrayados son del suscrito). 


¿Cuál era el título de la presencia de los ingleses en aquellas regiones en 1670? No tenían ningún título legal, habían cometido una verdadera usurpación de territorios pertenecientes a la Corona de España, y el corte de madera al que se dedicaban, no podía calificarse más que robo.

Es más, el pirata Wallace y los que le sucedieron, no ocupaban los territorios a nombre de la Corona Inglesa, lo cual se desprende del tratado de Utrecht de 1713, celebrado entre Inglaterra y España, puesto que "ni en el Tratado de Utrecht celebrado en 1713... ni en tratado alguno anterior se habló nada respecto de Belice; no obstante que por aquella estipulación obtuvo Inglaterra cuanto podía desear, pues se hizo dueño de Gibraltar y de la isla de Menorca, y se le concedió el privilegio exclusivo del tráfico de negros en la América Española".9 Así pues, Inglaterra no tenia, en 1670, ninguna posesión, ni colonia, ni establecimiento alguno en Belice, que no era más que un nido de bandidos. Todos los malhechores de la Martinica, Jamaica y Curazao, se reconcentraban en la "Bahía" haciendo de Belice un verdadero nido de piratas y ladrones.10

Notas:
1. Asturias, "Belice", 1925, página 11.
2. Asturias, obra citada, página 8.
3. Asturias, obra citada, página 8.
4. John Alder Burdon, "Archives of British Honduras", 1931-1934.
5. "Annals of Jamaica", 1928.
6. "History of Central America", 1883.
7. El Caso Belice, Sentencia y voto razonado en contra, Corte de Constitucionalidad, 1993.
8. "Diccionario Geográfico-Histórico", Alcedo, página 369.
9. Manuel Peniche, "Historia de las relaciones de España y México con Inglaterra sobre el Establecimiento de Belice". 1869.
10. Thompson, "Geographical and Historical Dictionary of America and the West Indies".

Gustavo Santiso Gálvez
El Caso de Belice
A la Luz de la Historia y el Derecho Internacional
Editorial "José de Pineda Ibarra"
Ministerio de Educación Pública
1975

miércoles, 9 de octubre de 2013

La Tentativa del León y el Éxito de su Empresa

I

INVOCACIÓN

La tentativa de abatir al hombre
que por su ingenio y su virtud se eleva,
cantar deseo, Musa, si propicia,
de tal conformidad mi voz alientas,
que sugiera instrucciones saludables
al mismo tiempo que a la risa mueva.

II

LA VOZ MATERNA

Había en los desiertos africanos,
entre un grupo de rocas, una cueva
donde parió una leona su cachorro
y le ocultó con suma diligencia.
Después que con su leche le ha nutrido,
de carnes elegidas le alimenta,
y da, con excelentes instrucciones,
la última mano a su piedad materna,
le refiere sus nobles ascendientes,
no para que sus glorias le envanezcan,
sino para que imite sus virtudes,
cuyos modelos tiene tan cerca.

-¡Qué gloria, tener -dice- un padre ilustre!
¡Qué confusión el no seguir sus huellas!
¿Hablarás del honor de una familia
que en ti produzca su mayor afrenta?
Debes ser compasivo y generoso,
por lo mismo que nadie tiene fuerza
para dañarte, y, exceptuando el hombre,
todo a tu fuerte imperio se sujeta.



III

CONTRA LA SOBERBIA HUMILDAD

El león orgulloso aquí se enoja,
sus ojos, encarnados centellan,
la piel movible de su frente se agita,
y erizada sacude la melena.

-¿Quién es -pregunta- quién, ese viviente
que resistir a mi pujanza pueda,
cuya sola mención ha acibarado
las palabras más dulces y halagüeñas?
Con solo...(En ese instante da un bramido
que estremece la gruta, el bosque atruena,
y el eco que repiten las montañas
por todo el horizonte se dispersa).

-El hombre -dice la prudente madre-
es animal de una maldita fuerza
que la suele aumentar el ejercicio,
sin que a la tuya compararse pueda;
mas, con sagacidad, industria y maña,
todo lo rinde, todo lo sujeta:
oprime el mar, se sirve de los vientos,
arranca las entrañas de la tierra,
y, lo que me horroriza al referirlo,
el rayo ardiente a voluntad maneja.
Y así, evita encontrarlo; huye hijo mío;
acelerado corre a tu caverna...
es el hombre feroz con sus hermanos
¿cómo no lo será con una fiera?

-¿Qué yo me esconda? -dice-. ¡He de buscarle,
y en singular batalla, aquel que venza 
tendrá la primacía, no fundada
en la opinión, fundada en la experiencia!
Sé que temeridad y cobardía
son dos extremos que el valor detesta;
mas se deben probar todos los medios
de conseguir una gloriosa empresa.

-La ardiente juventud te precipita,
-le replica la madre- no es prudencia
buscarse por sí mismo la desgracia,
aunque es valor sufrirla cuando llega.
Entonces el león dice: -¿Haré alarde
¡pese a mí! de rendir la mansa oveja,
que no pudiendo oscurecer mi gloria,
de mis garras es víctima indefensa?
Estoy determinado; no te canses
en oponer a mi pasión violenta
de la razón los débiles estorbos...
¡O me veas triunfante o no me veas!



IV

EN BUSCA DEL HOMBRE

Dice -y al punto, presuroso, parte,
cuando la noche a descorrer empieza
el manto oscuro, que hace majestuoso
el pálido esplendor de las estrellas.

Sin rumbo fijo, sin torcer el paso,
por el tupido bosque se abre senda,
insensible a las puntas de las zarzas,
que le hacen obstinada resistencia.

Sale por fin al anchuroso campo,
y en él, un animal se le presenta
que, a los plateados visos de la luna,
con atención, mas sin temor, observa.

-Robusta es la cerviz -dice- en la frente
tiene con sus adornos la defensa.
¡Qué nerviosos los pies! ¡Qué forcejudas
deben ser esas manos corpulentas!
¡Con cuanta impavidez, qué satisfecho
yace, creyendo que ninguno pueda
tener atrevimiento de inquietarlo,
disputando con él la preeminencia!
Entre tanto, distraído tremolaba
la cola, que, al tocar las hojas secas,
caídas de los árboles vecinos,
formaba ruido extraño que amedrenta...
Era el rendido buey que descansaba,
para tornar de nuevo a su tarea.

Perezoso se apoya en una mano,
la otra después, con lentitud asienta,
e impeliéndose, al punto de levanta,
dejando ver cuál es su corpulencia.

Retirarse el león, es de cobardía;
hacerle frente, peligrosa empresa:
cualquier extremo tiene precipicio;
mas después de un momento, delibera
que es preferible una gloriosa muerte
a una vida comprada con bajezas.

Así determinado, se adelanta
excusando camino al que sospecha
ser el hombre, a quien busca y furibundo,
y horrible y denotado se presenta.



V

INTERROGA AL BUEY

-¿Tú eres -le dice- el hombre, que presume
ser sólo él, soberano de la tierra,
creyendo que su rango y primacía
todo animal, temblando reverencia?
-No -responde- ¡ay de mi! no soy el hombre;
soy de los infelices que sujeta,
y a quien por los más útiles servicios
da la más dura y vil correspondencia.
Al punto que nací, mando a mi madre
que mi alimento natural partiera
entre él y yo, y sólo a ciertas horas
tomaba hambriento las ordeñada teta.

Después impuso a mi cerviz el yugo,
aun antes de cumplir tres primaveras,
para hacerme arrastrar cargas enormes;
y si el peso y el sol me desalientan,
en lugar de apiadarse, enfurecido,
con su aguijón me hiere sin clemencia.

Si en las sutiles cañas, las espigas,
agitadas del aura, balancean,
yo he preparado el delicioso cuadro,
abriendo surcos en la dura tierra
que con tanta abundancia le produce
el grano, cuyas pajas me presenta.

¡Ay! Cuando me envejezco en su servicio
¿de qué suerte corona mi carrera?
Después de maniatarme, a sangre fría,
me da el golpe fatal: no le penetran
los gritos y clamores repetidos
que mis útiles obras le recuerdan.

Mira sin conmoción correr mi sangre,
y se sirven mis carnes en su mesa
¡sin horror!, como vianda delicada...

Y pues esto del hombre te da idea,
toma ese rumbo y apresura el paso,
que yo debo tomar la parte opuesta,
porque si tú deseas encontrarle,
yo apetezco y procuro no me vea.



VI

NOCHE TRISTE

La fiera rencorosa, estas palabras
escuchó con asombro, y no sospecha,
que acaso el buey sea uno de los criados
que hablan mal de sus amos y exageran
lo bien que sirven y lo poco o nada
que por ser fieles y oficiosos medran.

Es su enemigo el hombre y eso basta
para creer las calumnias más groseras,
pues así le parece, justifica
el odio que en su pecho reconcentra.

Mas el taimado señaló aquel rumbo
deseoso de acabar la conferencia
y así le hizo vagar toda la noche,
sin hallar cosa que a hombre se parezca.

La Aurora, cuyos labios como rosas
una sonrisa tímida bosquejan
escucha las pintadas avecillas
que con dulces gorjeos la celebran;
en tanto, el león descubre otro viviente
que al buey en la estatura se asemeja.



VII

LA OFENSA DEL CABALLO

Al él dirige su marcha acelerado,
y con tono insultante, así que llega,
-¡Eh! ¿Tú eres el vil hombre? -le pregunta,
pero aquel animal, que airoso muestra
gallarda petulancia y noble orgullo,
no le da tan de pronto la respuesta-.

Primero atentamente lo examina,
en los pies se recarga, ambas orejas
hacia él dirige e impávido responde:
-Del hombre, a quien se rinde mi soberbia,
un criado soy, que con placer de sirvo,
tomando como mías sus empresas-.

En sus largas jornadas lo conduzco
puesto sobre mi lomo; con la espuela
me bate los ijares y yo entonces,
corriendo más veloz que una centella,
alcanzo a los rebeldes fugitivos
que no quieren estar a su obediencia.

Si es demasiado mi fogoso empeño
con el freno al instante lo modera
y con el mismo freno me prescribe
el paso en que he de andar y por qué senda.

¡Qué peligros arrostro por servirle!
cuando el clarín y los timbales suenan,
erizada la crin, hiriendo el suelo,
como sensible a la gloriosa empresa,
lejos de amedrentarme los horrores,
a mi señor advierto la impaciencia
con que deseo entrar, por él, en parte
de los riesgos y afanes de la guerra.

Sonó entonces de lejos un relincho,
y el caballo al oírlo: -Aunque quisiera
seguir hablando -dijo- me precisa
ir a donde me llaman con urgencia.

Luego, volviendo las torneadas ancas,
con tal ímpetu emprende la carrera,
que a la fiera en los ojos encendidos
con las patas arroja las arenas.

Al león, no el dolor, sino el insulto,
le es insufrible. De la acción violenta
jura vengarse, y para hacerlo pronto,
sus ojos frota con las manos vueltas;
mas después que los abre, el veloz potro
ya no parece en la llanura inmensa.



VIII

OTRA VEZ SOLO

Sigue, no obstante, por el mismo rumbo,
creyendo que se oculta en las hileras
de unos frondosos árboles que mira;
mas pierde la esperanza cuando llega
al sitio majestuoso consagrado
al genio reflexivo...

Las Napeas
con el dedo en los labios, a los Faunos,
que avanzan por mirarlas más de cerca,
silencio imponen, y las blandas alas
céfiro con ternura mueve apenas.
Duerme la Ninfa de una clara fuente
que deja ver su reluciente arena;
copia después los sauces de la orilla
y más en lo profundo representa
la perspectiva augusta de los cielos
por la parte oriental, que Febo incendia.

¡Qué hermoso carmesí! ¡Qué franjas de oro!
La avenida de luz por allá deja,
sobre un hermoso fondo azul celeste
un jaspeado color de madreperla.

Al león, este cuadro nada importa,
siendo su celestial magnificencia
para aquel corazón bueno y sensible,
que odio, envidia, venganza, no envenenan.

Trepa ligero al sauce más antiguo:
Mira por todas partes y no encuentra
por ninguna el objeto de sus iras;
pero siendo oportuno a sus ideas
aquel sitio, en el brazo más robusto
que hay en la rama principal, se sienta.



IX

ESCUCHA AL PERRO

Ve desde ahí venir hacia la fuente
un animal de poca corpulencia,
aunque muy bien formado, que clamando
con vos aguda, su dolor expresa.
Cuando llegó a distancia en que podía
el león escucharle ¡Qué sorpresa!
¡qué accesos de furor! Habla del hombre,
a quien, como si oyéndole estuviera,
con dulce entusiasmo del cariño,
le dirige la voz de esta manera:
-¿Dónde, señor, estás que no me escuchas?
¿Quién como yo te advierte los peligros
o se expone a morir en tu defensa?
Ningún criado te da más testimonios
de amor, de sumisión y de obediencia;
pues si las leves faltas me castigas,
no opongo a tu furor más que la queja.
Lamiéndote la mano que me hiere,
y postrado a tus pies, pido me vuelvas
a tu amistad, y una mirada tuya,
golpes, desprecios, todo lo compensa.
Si me mandas seguir alguna caza,
¡con qué empeño, qué celo, qué presteza,
la persigo, la alcanzo y de ella triunfo!
Mas sobrio te la entrego, sin que pueda
mi integridad faltar, aun en el caso
de que el hambre furiosa me acometa.
Cuando duermes, yo velo cuidadoso;
rondo la casa, porque no sorprenda
algún extraño tan preciosa vida;
muestro, además, mi celo en la defensa
de animales a quienes dañaría,
si el placer que te causan no advirtiera.
Mas por aquí el olfato... ciertamente...
si, por aquí pasó, según la huella
decía el perro, oliendo las pisadas
que vio estampadas en la blanda tierra.
Sigue el rastro, creyendo que ninguno
nada de cuanto dijo oírlo pudiera
-¡Y el enemigo lo escuchaba todo!-
¡Esas facilidades de la lengua!



X

CONFLICTO INTERNO

El león, confundido, no concibe
qué magia, qué virtud el hombre tenga,
pues que los animales más valientes,
de grado se le rinden, o por fuerza.
Baja, no obstante, y se encamina al sitio
en el que el perro observó la humana huella;
al llegar, cuidadoso la examina,
y viendo su tamaño, considera
que excediendo a la suya en otro tanto,
tendría su rival doble grandeza.
En traje de prudencia, disfrazado
el pálido Temor, temblando llega,
y tomar la espesura le persuade
con el semblante, la actitud y señas.
Mas luego, la opinión inexorable
que tiraniza el globo de la tierra,
con ojos torvos -¡Qué dirán!- le grita...
No dice más ni aguarda la respuesta.
Venid, acá, censores inflexibles,
no aguardéis a que el éxito se vea
para fallar en tono decisivo:
El león, vuestro sabio juicio espera;
cuando ya no le sirva, si es vencido,
sería locura proseguir la empresa;
como si vence debe ser cordura
no abandonar una victoria cierta.



XI

ENCUENTRA AL HOMBRE

Al león, fatigado, que no sabe
a dónde encaminarse, o qué hacer deba,
un matorral espeso le convida,
y en él, dudoso, a descansar se interna,
notando que ahí puede sin ser visto,
observar cuánto pasa por de fuera.
El sueño le acomete; él se resiste
y le rechaza, en fin, cuando ve cerca
un animal bien hecho, cuya mole
solo sobre los pies mantiene recta.

No arman sus manos -dice- corvas uñas;
es adorno su pelo, no cubierta;
calma y bondad anuncia su semblante;
todo es blandura, gracia, inocencia.
¡En tu favor previenes ser amable!
¿Serás, dulce viviente, serás presa
que esclavice y degrade el feroz hombre?
¡No hará tal, que yo salgo a tu defensa!
Se levanta, se estira, se sacude,
y se dirige al que auxiliar intenta;
mas como ve su turbación, le dice:
-El hombre es a quien busco, nada temas.
-Pues bien, yo soy el hombre que buscabas
¿qué se ofrece? -le dijo con firmeza.
-¿Eres tú -le pregunta- eres el mismo?
-Sin duda soy el mismo -le contesta.
-¿Cómo, exclama el león, tantas maldades
ocultas con tan bellas apariencias?
-Dejemos -dijo el hombre- los insultos
que irritan, aunque propios de una bestia;
y así, para evitar contestaciones
puedes volverte al bosque y yo a la aldea.
-No -responde el león- no nos iremos:
Hoy mismo quiero ver por experiencia
si acaso eres conmigo tan valiente,
como tirano con las otras bestias.
Pone, el hombre, en tortura su discurso
porque le suministre alguna treta
mas la presencia de ánimo no pierde
que es lo que en tales casos aprovecha.
-Mira, dijo al león, siempre la fama...
Ya se ve, es imposible que uno pueda
a todos comentar... más no me opongo;
estoy conforme a lo que tú más quieras
pero antes que riñamos, es preciso
hacer para mi casa un haz de leña;
porque si tú me vences, ya eso menos
tendrá que hacer mi débil compañera;
cundo no, quedaré debilitado,
porque no hay enemigo que no ofenda.



XII

LA IDEA TRIUNFANTE

El león no advertía que en un tronco
cuyas profundas raíces lo sustentan,
y que tenia cerca su enemigo,
una hacha muy pesada estaba puesta,
Tomola, pues, el hombre y ahí mismo
la clavó con tal ímpetu y violencia,
que bien se percibió crujir el tronco,
vibrar el aire, retemblar la tierra.
Después con tono impávido le dice:
si apeteces cuanto antes la contienda,
ven a ayudarme a dividir el tronco.
El león, que el reñir a punto lleva,
-¿Cómo quieres -pregunta- que te ayude?
y el hombre contestó: -De esta manera.
Y atrás doblando un pie, sobre si tira
el extremo del astil con gran fuerza:
En un lado del hacha fue el apoyo;
con el otro venció la resistencia
del tronco, haciendo en él una abertura.
Y pujando dice: -¿Con presteza...
¡Tírala luego por la parte opuesta!
¡Con valor... Ahora... Fuerte! Y el incauto
mete las manos hasta las muñecas
para abrir más el tronco; pero el hombre,
soltando la palanca, preso deja
a su rival, que brama de coraje
y del dolor, que le hace ver estrellas.
Entonces, con irónica risita
le decía: -"Verás por experiencia
si acaso soy contigo tan valiente
como tirano con otras bestias".
¡Rebelde! ¡A palos domaré tu orgullo,
y amarrado después, con fuerte cuerda,
te llevare arrastrado por las calles,
para que en la horca deshonrado mueras!



XIII

VENCERSE ES MAS QUE VENCER

Tanto el tormento de la mordedura,
como lo doloroso de la afrenta,
angustian al león: pierde el sentido;
se desmaya, inclinando la cabeza
contra el pérfido tronco; mas volviendo
en sí otra vez, le dice -¡Hombre! respeta
los decretos del cielo en la desgracia,
que hacer mayor pretendes con la afrenta.
Si acaso te es tan dulce la venganza
tienes tú, mano armada, y yo cabeza;
hiere al que ingenuamente reconoce
que a todo es superior tu inteligencia.
-No -dijo el hombre, entonces- ¡vive honrado!
Y al mismo tiempo, fácilmente suelta
al vencido león. Y sigue hablando:
-¡Mucha gloria es vencerte, noble fiera;
mas, sin comparación es más glorioso
el triunfo celestial de la Clemencia!


Fray Matías de Córdova

NOTA. Llenando, la fábula que antecede, las condiciones del poema, juzgué que la caracterizaba más, dividiéndolo en trece cuadros que facilitan su lectura y aprendizaje. Los números, y los títulos de ellos, no deben enunciarse en la recitación declamatoria, porque no son del autor, y porque entorpecería el curso armónico del recitado. Los antepuse para la lectura, pensando que ayudan a la comprensión y enlace de la fábula especialmente a los escolares y a quienes la lean por primera vez. Aunque las estrofas son desiguales, los cuadros las reúnen por ideas semejantes, quitando la dificultad contraria, que trae la forma usada, algo confusa, de reunir en un solo bloque, los cuatrocientos diez y seis endecasílabos de que consta toda la fábula. -Flavio Guillén-

Flavio Guillén
Un Fraile Prócer
y una Fábula Poema
Tomo I
Editorial "José de Pineda Ibarra"
Ministerio de Educación Pública
1966

martes, 24 de septiembre de 2013

Vicisitudes de las Provincias tras la Proclamación de la Independencia

Capitanía General de Guatenala

VICISITUDES DE LAS PROVINCIAS TRAS LA
PROCLAMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA

Los informes oficiales sobre los sucesos registrados en Guatemala durante los días 14 y 15 de septiembre de 1821, tuvieron repercusiones disimiles -conceptuadas hoy como dramáticos relatos- en las demás provincias centroamericanas, especialmente en las que se hallaban más distantes de Guatemala que fue la metrópoli donde residieron las autoridades superiores del antiguo Reino de Guatemala.

PROVINCIA DE SAN SALVADOR
El informe sobre la proclamación de Independencia fue recibido en San Salvador el 21 de septiembre. El Ayuntamiento se reunió en sesión especial y una nueva junta se celebró el día siguiente. El bando publicado en Guatemala el 17 del propio mes llegó a San Salvador el 26, y ese mismo día fueron publicados por bando los documentos enviados por el gobernante don Gabino Gaínza. Entre los vivas a la libertad dados por el pueblo, se les tomó el juramento de fidelidad a la independencia al jefe político don Pedro Barrienre, al alcalde constitucional de Ayuntamiento, don Casimiro García Valdeavellano, a los individuos del Ayuntamiento y demás autoridades, acto que se realizó en las Casas Consistoriales.

Mas si en San Salvador hubo júbilo indescriptible de parte del pueblo y de las autoridades eclesiásticas y las edilicias al enterarse de la independencia proclamada en Guatemala, la fehaciente documentación histórica nos demuestra que no ocurrió lo mismo en las capitales de las otras provincias, donde los funcionarios que se hallaban en el ejercicio del mando estimularon los odios, enervaron los egoísmos y las reyertas, ya fuera con la intención de quebrantar la supremacía de la antigua capital del Reino, o porque se creyeron amenazados en la estabilidad de sus empleos o bien debido a la confusión que en ellos crearan los graves sucesos de aquella época respecto a lo que ocurría en México, eso es, el texto del Plan de Iguala y los informes relacionados con los sucesivos triunfos militares de Iturbide. De cualquier manera que fuese, la actuación de aquellos funcionarios que eran subordinados del jefe político don Gabino Gaínza, fue la primera en oponerse abiertamente a la unidad política de las cinco provincias y la que encendió la idea separatista.

PROVINCIA DE HONDURAS
Los informes sobre la independencia merecieron la aprobación de Tegucigalpa, Los Llanos y otras poblaciones de Honduras. No fue así en Comayagua, donde el intendente José Tinoco, se negó a reconocer lo resuelto en Guatemala, y el 29 de octubre declaró que la Provincia se sometía al gobierno de México sin aceptar lo acordado en Guatemala. La actitud de Tinoco fue rechazada por los patriotas en Tegucigalpa, y de inmediato se organizaron fuerzas para atacarlo, y para ejecutar su plan, contaron con la cooperación de contingentes armados de El Salvador y Guatemala. Tinoco, al enterarse de que sería atacado, salió de Comayagua hacia el norte, en el intento de fortificarse en esa región. Sus intentos anexionistas se vieron frustrados. Resignó el mando en el canónigo Nicolás Irías y en don Juan Lindo, y precipitadamente se marchó a México.

PROVINCIA DE NICARAGUA
En los pueblos de la provincia de Nicaragua fue recibida la noticia de la independencia de muy distintas maneras. El intendente de León, don Miguel González Saravia, el jefe de las milicias Joaquín de Arachavala y el obispo de aquella diócesis fray Nicolás García Jerez, se pronunciarón abiertamente contra lo resueltoen Guatemala el 15 de septiembre de 1821. Estos varones no eran firmes en sus hechos, como lo prueban las distintas disposiciones que adoptaban sin consultar al pueblo. Contra las disposiciones de las autoridades de León se manifestaron los pueblos de Matagalpa, Granada, Masaya y otros partidos que aceptaron la independencia proclamada en Guatemala. Y como consecuencia de tales sucesos, en Nicaragua se registraron graves acontecimientos en el curso de varios meses.

PROVINCIA DE COSTA RICA
Se enteró de la independencia el 13 de octubre de 1821, fecha en que el jefe político subalterno, coronel Juan Manuel de Cañas, recibió las comunicaciones de Gaínza, y al propio tiempo, las actas suscritas en León(1). En cabildo abierto fueron leídos los documentos recibidos; deliberaron las autoridades de Cartago hasta llegar al acuerdo de acogerse a lo resuelto en León, es decir, "que permanecerían independientes del gobierno español hasta tanto se aclarasen los nublados del día y pudieran obrar con arreglo a lo que siguieron sus empeños religiosos y verdaderos intereses". Lo resuelto tan rápidamente por las autoridades de Cartago originó serias dificultades al coronel Cañas. ya que si el partido de Heredia expresó su asentimiento en lo acordado en León, Alajuela y San José manifestaron su firmeza en favor de la independencia absoluta, sin esperar a que "se aclarasen los nublados del día". Para buscar una formula conciloatoria, se dispuso en Cartago que allí se celebraria un congreso de representantes de toda la nación. Así se hizo. Y el congreso dispuso proclamar la independencia de Costa Rica, provincia que se gobernaría por si sola, sin aceptar el acta de León ni la de Guatemala. Se designó al coronel Cañas para que gobernara con el nombre de jefe político patriótico.

El juramento de la independencia fue el 1ro. de noviembre, ante los oficios del cura de Cartago Joaquín de Alvarado, quien la tomó a las autoridades y al pueblo, con las siguientes palabras: "¿Juráis a Dios Nuestro Señor guardar y hacer guardar con vuestras armas, bienes y personas la independencia absoluta del gobierno español y sujetaros al imperio mexicano?".

Tal como ocurriera en Nicaragua, los costarricenses sufrieron una época turbulenta, caótica, de cruentas luchas entre los partidos que abrazaban la independencia absoluta y los que favorecían la anexión al imperio mexicano. Fue hasta el 8 de octubre de 1823 cuando el Congreso decretó que de acuerdo con la voluntad de los pueblos queda adherida la Provincia a las que tenían representación en la Asamblea Nacional Constituyente de Guatemala, y que, aunque desde esa fecha se incorporaba a las provincias de Centro América, no se contraía a prestar obediencia a las leyes que dictara el Congreso en tanto no confirmara esa incorporación con el juramento.

Tales fueron los resultados de las noticias oficiales de la independencia, recibidas en las provincias que formaron el Reino de Guatemala. Se ha argüido que de parte de las autoridades centrales, las de Guatemala, hizo falta una labor de información completa sobre los sucesos registrados el 15 de septiembre en la Junta de Notables celebrada en el palacio, lo que dio origen a que en algunas de las provincias se creyese que les obligara a aceptar una resolución sobre la cual no se les abría informado ampliamente.

Tal vez no sean del todo justas tales opiniones, porque juntamente con la copia del Acta de la Independencia fueron enviados a las autoridades de cada provincia, por medio de correos extraordinarios, el manifiesto del jefe político superior, don Gabino Gaínza y un documento firmado por "un patriota". Además, vemos que era muy clara en sus conceptos la comunicación del propio Gaínza en los envíos del acta del 15 de septiembre. Por ejemplo, al dirigirse a las diputaciones de Comayagua, León y Ciudad Real, expresa textualmente:

"Exmos. Srs.: Acompaño a V. S. ejemplares del manifiesto y acta celebrada por la junta Provisional que se instaló en esta ciudad con motivo de haberse proclamado la independencia del Gobierno español.
El voto uniforme de este pueblo y el de la Junta Provisional, es el de conservar la unión más íntima con todos los de este afortunado Reino: que sea uno el gobierno que los una, bajo los principios de fraternidad, y bajo la garantía de leyes justas establecidas por los representantes de la nación, A este grande objeto se dirige la convocatoria adjunta. Yo espero que V. E. correspondiendo a tan nobles sentimientos, se sirva dictar las medidas más activas para llevar adelante la obra de nuestra regeneración política y que dé este nuevo testimonio del carácter pacífico y patriótico que distingue a los beneméritos individuos de esa corporación.
Dios guarde, etc., septiembre 18 de 1821".

También las autoridades municipales se encargaron de informar a las provincias sobre el gran suceso del 15 de septiembre. Prueba esa labor el documento que expresa:

"El Ayuntamiento de Guatemala al de Cartago. El día 15 del corriente se juro en esta ciudad su gloriosa independencia. Este ayuntamiento patriótico poseído de la más dulce satisfacción, tiene el honor de comunicarlo a V. S. acompañandole los adjuntos impresos.

Nada a llenado de tanto gozo a esta Corporación como las virtudes que ha manifestado este heroico pueblo en medio de los transportes de alegría y de las festivas aclamaciones con que ha celebrado su libertad.

Nuestra dicha será colmada si todos los pueblos que comprende la demarcación de este reino, unen sus votos a los nuestros para procurar la felicidad general por principios justos de igualdad; y espera este Ayuntamiento que estrechándose nuestros antiguos vinculos aplauda V. S. los procedimientos de Guatemala. Dios guarde a V. S. muchos años. Sala Capitular de Guatemala, Septiembre 17. 1821. Año 1ro. de su independencia.

Dr. Mariano Larrave, Saturnino del Campo y Ariza. L. Antonio Robles. José Antonio de Larrave. Raimundo Quiñónez. Jn. Anto. Español. Carlos de Avila. José Petit. José Ma. Cárdenas. José Gerónimo Clavera. Isidoro del Valle Castriciones. Manl. Schez. de Paredes".

La proclama de "un patriota" fechada en Guatemala el 23 de septiembre de 1821, y que fue enviada a las autoridades de las provincias para que fueran conocidos sus términos patrióticos, dice en su parte final:

"Guatemaltecos: que este día de gloria y de placer, el 1ro. de nuestra existencia política, sea el de la unión de todas las voluntades: que el acto augusto de proclamar nuestra independencia se consigne para siempre en nuestros anales como el de la alianza y fraternidad general; que desaparezcan los resentimientos y las desconfianzas. Va a reunirse el congreso constituyente, y mientras tanto el gobierno popular, un gobierno justo, está encargado de nuestra seguridad; auxiliémosle para la conservación del orden, de la paz y de la unión; y el Ser supremo, protector de la libertad, bendecirá una revolución formada con arreglo a sus eternas leyes".

Esta proclama sirvió en las provincias para dar seguridad de paz y de orden, al propio tiempo que invitaba a la unión. Fue un verdadero acierto de un patriota.

Arturo Valdés Oliva
Breves apuntes sobre la Independencia
Editorial "José de Pineda Ibarra"
Ministerio de Educación Pública
1969

1. Esta curiosa Acta, también conocida como el "Acta de los Nublados" reconoce la independencia de las provincias de Nicaragua y Costa Rica, primero de Guatemala "que parece se ha eregido soberana", y luego del gobierno español "hasta tanto se aclaren los nublados del día"... esto quiere decir, según algunos historiadores, que reservaban su proceder a la reacción de las fuerzas armadas españolas, es decir que si España reaccionaba enviando tropas ellos volverían a ser colonias españolas.  

se adjunta transcripción del Acta de los Nublados

28 de septiembre de 1821

A LOS HABITANTES DE LA PROVINCIA DE NICARAGUA Y COSTA RICA

Nuestra diputación provincial e ilustrísimo prelado, en vista de los sucesos que han tenido lugar en Guatemala el quince de los corrientes, se han reunido y deliberado sobre acaecimientos de tanta entidad y trascendencia, extendiendo los siguientes acuerdos:

1ro.    La absoluta y total independencia de Guatemala, que parece se ha erigido en soberana.

2do.   La independencia del gobierno español, hasta tanto que se aclaren los nublados del día y pueda obrar esta provincia con arreglo a lo que exigen sus empeños religiosos y verdaderos intereses.

3ro.   Que en consecuencia continúen todas las autoridades continuadas (sic) en el libre ejercicio de sus funciones con arreglo a la constitución y a las leyes.

4to.   Que se tomen las medidas más eficaces para la conservación del orden y sostenimiento de los funcionarios públicos, prestándoles el más eficaz auxilio, en la inteligencia de que el gobierno castigará severamente a los perturbadores de la tranquilidad pública y desobedientes a las autoridades.

5to.  Que se publique por bando este acuerdo, comunicándolo a toda la provincia para su inteligencia y observancia, anunciandosele que sucesivamente se proveerá a los puntos dignos que oportunamente se tomarán en consideración, sin omitir trabajo ni fatiga por el bien religioso y civil de estos habitantes, que tantas pruebas de confianza han dado a las autoridades.

Lo que se publica para la debida inteligencia notoriedad y cumplimiento.

Dado en la Sala de sus sesiones. En León, a veinte y ocho de septiembre de mil ochocientos veinte y uno.- Miguel Gonzalez saravia.- Fr. Nicolás Obpo. de Nicaragua.- Vicente Agüero.- Juaq. Arrechavala.- Domingo Galarza.- Manl. López de la Plata.- Pedro Portocarrero.- José María ramírez.- Agn. Gutiérrez Lizaurzabal.- Pedro Solis.- Juan Franco. Aguilar, Secretario.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Gabino Gaínza (Presidentes de Guatemala)


Gabino Gaínza

GABINO GAÍNZA
(Presidentes de Guatemala)

La ambición suele llevar a los hombres a ejecutar los menesteres más viles: por eso para trepar se adopta la misma postura que para arrastrarse.
-SWIFT

Título: Capitán General de las Provincias Unidas del Centro de América.
Período: Del 15 de septiembre de 1821, al 23 de junio de 1822.  
Duración en el Cargo: 9 meses 8 días.

Procedencia

Gabino Gaínza era de origen español, nació en Vizcaya, (País Vasco) el 20 de Octubre del año 1768.

Como persona poco notable, su niñez y su juventud permanecen ignoradas.

Cargos fuera de Guatemala

Los datos que de él se tienen son pocos y sin mayores talles.

Sirvió militarmente en la guarnición de la Plaza de Orán, África.

Desempeño el cargo de asistente del Bloque de Gibraltar. Se le mandó a reforzar la Plaza de la Mobila que, en aquella época era colonia inglesa.

Durante cuatro años desempeño el cargo de secretario en la Inspección Militar de Perú.

Estuvo más o menos 8 años como agregado al Regimiento Real de Lima.

Después sirvió la Comandancia Militar del Partido de Chocay.

Estuvo encargado de la defensa de Trujillo, cuando España entro de nuevo en guerra con Gran Bretaña.

En el año 1796, se le denunció ante la Inquisición de Lima Perú, por profesar ideas avanzadas sobre moral y poseer libros de los enciclopedistas franceses, por lo que se vio en difícil situación, pero cambió de parecer y se reconcilió con la Santa Inquisición.

Estando en Perú combatió como subalterno a los independentistas en el Alto Perú, hoy Bolivia.

Esta acción le valió el ascenso a brigadier, y después el virrey de Perú, Fernando de Abascal, le confirió en 1814, el mando en jefe del Ejército Real de Chile, en donde tuvo un fracaso lamentable contra los patriotas chilenos, que luchaban por obtener su independencia.

Derrotado en El Membrillar firmó un humillante tratado con los insurgentes, llamado Tratado de Lircay, en donde reconocía la independencia y se comprometía a evacuar el territorio. Además, a su ejército lo llamó nacional y no real como correspondía.

Se dice que se atrevió a proponer al jefe de los independentistas de Chile, Bernardo de O´Higgins, que dividiesen aquel territorio para repartirse sus respectivos mandos.

Prisionero

El virrey de Perú, Fernando de Abascal, indignado, mandó a detenerlo por haber firmado el Tratado de Licay y lo sometió a un consejo de guerra. Estuvo preso en Valparaíso durante dos años por traición y cobardía.

Servicios en Guatemala

En el año 1820, fue enviado a la Capitanía General de Guatemala en calidad de subinspector general del ejército de la Colonia en Guatemala. En ese entonces el capitán general era Carlos Urrutia y Montoya.

Simeón Cañas, conociendo la volubilidad de su carácter que era apropiado a los intereses de los independentistas de Centro América, el 13 de julio de 1820 obligó al capitán general Urrutia y Montoya a que delegara el cargo en el brigadier Gaínza.

Capitanía General

En marzo de 1821, Urrutia y Montoya depositó el mando de la Capitanía General en manos de él, hombre voluble y sin opinión, persona que necesitaban los patriotas que luchaban en pro de la libertad de Centro América.

Plan de Iguala
Pocos días después de haber asumido el cargo, siendo el 9 de marzo del mismo año, le llegó la noticia de la proclama por Iturbide del Plan de Iguala.(1) Conducta que censuró acremente tildando a Iturbide como hombre infiel, ingrato y ladrón, por haber robado medio millón de pesos.

Días anteriores al 15 de septiembre de 1821, estaba inseguro e indeciso por el movimiento de independencia que se operaba.

Esta situación de Ganinza fue aprovechada por un grupo de influyentes que lo lisonjearon, ofreciéndole la permanencia en el poder como primer ministro de la Nación, Halagado con dicha propuesta, cuando llegó la horade las decisiones, no se opuso y cedió el camino.

Así fue como se convocó a una asamblea para el 15 de septiembre de 1821, fecha en que se levantó el Acta de Independencia.

Ya en la Asamblea, Gaínza pidió que el juramento a la Independencia de Centro América se arreglara al Plan de Iguala y a los Tratados de Córdoba para ligarnos a México, pero la mayoría de asistentes gritó que querían la independencia absoluta. Viendo que no podía salirse con su deseo trató de retirarse del salón en donde se realizaba la Asamblea, pero un ciudadano del pueblo llamado José Rodilla, lo tomó del brazo amenazadoramente y lo conminó a que no saliera del salón y que jurara, porque caería allí mismo, al golpe del puñal de los patriotas.

Cuando repicaron las campanas y se escucharon los estruendos de las cámaras, quemadas por don Basilio Porras y dirigidos por doña Dolores Bedoya, tembló el salón del Palacio y temblaron espantados los españoles.

Fue nombrado capitán general de las cinco provincias, con un sueldo de diez mil pesos.

Acordó que la moneda de la nueva República llevara la leyenda siguiente: "15 de Septiembre de 1821, General Gaínza".

El 28 de noviembre de 1821, comunicó a Iturbide que Guatemala se uniría a México bajo el Plan de Iguala, porque esta nación era impotente para gobernarse por sí sola. Iturbide a estas alturas, era para Gaínza un ídolo y un héroe libertador.

El 30 de noviembre de 1821 hubo una manifestación integrada por patriotas a inmediaciones de la iglesia de San José, gritando: ¡Viva Guatemala libre! en oposición  a la anexión a México; pero un pelotón de soldados a mando de Mariano Larrave (uno de los alcaldes) y el otro alcalde  que no acompañaba que era el licenciado Antonio Robles, descargaron sus fusiles sobre ellos, habiendo asesinado a varios ciudadanos, entre los que se mencionan a Mariano Bedoya y a Ramiro Mida. Primera sangre derramada después del 15 de septiembre de 1821, siempre por la lucha de la independencia absoluta.

Al día siguiente del asesinato de los patriotas, don Mariano de Aycinena simuló un tumulto popular en el barrio de San Sebastián, para llegar con este pretexto a la Plaza de Armas a pedirle al capitán general la expulsión de 18 personas, las más notables que resistían la anexión a México. Cosa que no se atrevió a realizar Gaínza.

En el mes de febrero de 1822 se acordó la incorporación de Guatemala al territorio de México.

Como El Salvador no aceptó la anexión a México, Iturbide mandó al general Filísola a Guatemala con 600 hombres para someter a los salvadoreños. Además para que se hiciera cargo del mando político y militar de las cinco provincias.

Gaínza, obediente, entregó el mando al general Filísola y se dirigió a México, para estar presente a la hora de la coronación de Iturbide, de quien quedó como simple ayudante sumiso.

Rasgos Personales

Era de carácter voluble. Se acomodaba a las circunstancias. Trataba de guiarse por sus intereses. Se amoldaba a sus conveniencias personales. Era un hombre versátil y tornadizo. Indeciso en los campos de batalla. Hombre sin opinión. Inseguro en las decisiones. Traidor a su patria. Desleal a Guatemala.

Huida

El 2 de diciembre de 1823 fue destituido Iturbide del Imperio Mexicano, por lo que Gaínza tuvo que huir, desapareciendo sin dejar rastro alguno.

Años más tarde se supo que murió en México hundido en la mayor miseria.

Ernesto Bienvenido Jiménez
Ellos, Los Presidentes
Editorial "José de Pineda Ibarra"
Ministerio de Educación Pública
1981

1. El Plan de Iguala (1821), también conocido como el Plan de las Tres Garantías (Plan Trigarante) fue proclamada el 24 de febrero de 1821, en ​​la etapa final de la Guerra de la Independencia de México. El plan fue un intento para establecer una base constitucional para un Imperio mexicano independiente. El Plan de Iguala se proclamó de la ciudad de Iguala, en el estado actual de Guerrero.

El Plan de Iguala trataba aspectos referentes a la Religión, Independencia y Unión de México, por eso es llamado también "Plan de las Tres Garantias". El Plan de Iguala tenía tres objetivos principales:

-Definición del catolicismo como la religión nacional de México.
-Una declaración de la independencia de México del Imperio Español.
-Igualdad social de todos los grupos étnicos y sociales en el nuevo país.

El Plan de Iguala declaraba que México debería convertirse en una monarquía constitucional, teniendo como modelo a las monarquías europeas de la época, cuya corona sería entregado a Fernando VII de España, en primer lugar, o a cualquier príncipe europeo. Para gobernar al nuevo país hasta la llegada de un príncipe que ocupase el trono del Imperio Mexicano, el plan proponía la creación de una Junta de Gobierno, y posteriormente de una regencia que se encargue de gobernar el país hasta la elección de un nuevo emperador.

El Plan de Iguala aseguraba también la igualdad de todos los habitantes de México, concediendo igualdad de derechos y justicia en todos los aspectos de su vidas.

Las dos principales figuras detrás del Plan de Iguala fueron Agustín de Iturbide (quien se convertiría en el primer emperador de México) y Vicente Guerrero, líder insurgente y más tarde presidente de la República de México. Fue formado el Ejército de las Tres Garantías, como garante de los ideales establecidos en el plan de Iguala, se origino en la fusión de las fuerzas militares lideradas por estos dos hombres. El 24 de agosto de 1821, Agustín Iturbide y el virrey español Juan O'Donojú firmaron el Tratado de Córdoba, ratificando el Plan de Iguala, confirmando así la independencia de México.

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