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lunes, 9 de septiembre de 2013

Licenciado José Francisco de Córdova (Prócer de la Independencia)

José Francisco de Cordova y Gonzalez

JOSÉ FRANCISCO DE CÓRDOVA Y GONZALEZ
(Prócer de la Independencia)

Nació el 10 de octubre de 1786 en la ciudad de Guatemala. Hijo del doctor José Antonio de Córdova y de doña María Luisa Gonzalez.

Todos sus estudios los hizo en la ciudad donde naciera. Se recibió de Licenciado en Derecho, título otorgado por la Universidad de San Carlos, en el año 1815. Durante varios años sirvió el cargo de secretario del Ayuntamiento. Fue uno de los hombres más perseguidos por el capitán general José de Bustamante y Guerra, por sus ideas republicanas. En agosto de 1821, presentó al jefe político superior Gabino Gaínza, un escrito con más de 400 firmas pidiéndole que él mismo proclamara la Independencia. Gaínza ordeno que se le abriera juicio. El 15 de septiembre de 1821, en unión de don Santiago Milla, voto en favor de la Independencia por el Colegio de Abogados. Con el doctor Pedro Molina y don José Francisco Barrundia, fue de los ciudadanos que más opusieron a la anexión a México. Se ha dicho reiteradamente que el licenciado José Francisco de Córdova (Cordovita), fue quien redacto el acta de fecha 1ro. de julio de 1823, que ratifica la Independencia absoluta, dada por el Congreso. Años más tarde se vio obligado a marcharse a México por las persecuciones políticas.

Murió en la ciudad de México, el 9 de enero de 1856.

JOSÉ FRANCISCO DE CÓRDOVA, PRECURSOR 
DE LA INDEPENDENCIA

No se ha logrado establecer por qué a algunos de los hombres ilustres que sobresalieron en las jornadas por alcanzar la independencia de Centro América aún no se les ha hecho plena justicia en el reconocimiento de sus méritos de patriotas o de mártires. Diríase que en forma intencional se ha querido que figuren en segundo plano, esto es, sin entrar análisis justo y sereno de su actuación decidida y eficaz desde la época en que se iniciaron en las provincias centroamericanas los pasos por la libertad.

Entre estos hombres próceres figura el licenciado José Francisco de Córdova, de quién doliéndose de la injusticia y del poco aprecio a sus méritos y merecimientos, escribió el distinguido historiador Antonio Batres Jáuregui estos conceptos:

"Cuando se escriba con imparcialidad la historia de aquella época dolorosa, llena de azares y desastres, aparecerá la figura simpática de 'Cordovita' como la del girondino de nuestras luchas revolucionarias; se darán un beso el cariño y la gloria. ¡Hombre grande en su pequeñez física! ¡Preclaro en su modestia! ¡Ilustre en su obra de libertad! ¡Será siempre prócer eximio el que se empeñó decididamente en defensa de nuestra incondicional emancipación!".

Algunas voces han expresado que Córdova merece el nombre de precursor de la Independencia, señalándose que el año de 1811 fue encarcelado por el "delito" de expresar en una plática privada, comentarios suyos en relación con la independencia y los justos derechos de los pueblos en reclamarla.

Otra actitud suya, temeraria por cierto y que abona con abundancia que se le considere como precursor de la independencia, es la de haber pedido al jefe político superior, brigadier Gabino Gaínza, en el mes de agosto de 1821, la proclamación de la independencia, en un escrito calzado con muchas firmas. Esa vez se le sujetó a un proceso, quedando nulificado el procedimiento en el siguiente mes, al proclamarse la independencia. En el memorial se pedía a Gaínza que él mismo hiciese la proclamación, a lo que el gobernante respondió con la orden de procesar a los autores de esa representación. Pocos días después, mandó a suspender el juicio, suceso que produjo expectación entre los realistas, y robusteció la fe en el ideal de los independientes.

Pero también parece que con el curso del tiempo ha sido olvidada la actitud varonil del licenciado José Francisco de Córdova frente a los desplantes de uno de los capitanes generales más drásticos de la colonia: el teniente general José Bustamante y Guerra. Como secretario del Ayuntamiento, "Cordovita" fue siempre un opositor de los desmanes del gobernante. Cuando en el año de 1811 fue encarcelado por lo ya expuesto. Bustamante había incurrido en diversas contradicciones con la Real Audiencia; sin duda a eso se debió que los oidores dieran por terminada la causa, dictando un apercibimiento al indultado -"Cordovita"- a la Escuela de Cristo para que expiara su falta con un mes de ejercicios piadosos. Esto explica que la Real Audiencia no sentenció en ese caso con la rigidez sugerida por Bustamante, y éste embuchó su cólera contra el secretario del Ayuntamiento, quien desde entonces pasó a formar parte de los perseguidos por el gobernante.

Los acontecimientos registrados en San Salvador el 5 de noviembre de 1811, cuando en aquella ciudad se intentó lograr la independencia, fue la oportunidad que llegó a Bustamante para saciar sus apetitos de venganza. Se dirigió al Ayuntamiento para comunicar oficialmente lo ocurrido en San Salvador. En la sala de sesiones y ante todos los ediles lanzó una mirada de despreció al secretario Córdova, ordenando seguidamente su retiro del local porque, según lo expresara, no le inspiraba la menor confianza. Fue atendida aquella orden arbitraria. Cordovita se retiró de la sala con paso firme, la frente altiva. Y como no podía esperarse menos de él por esa afrenta, redactó su protesta, la que fue entregada en el acta de la sesión de ese día.

Para Bustamante fue una permanente contrariedad que Cordovita continuara en la secretaría del Ayuntamiento; y es que el secretario había sufrido una ofensa, y así, sabía aprovechar cuanta oportunidad le llegaba a la mano por razón de oficio, para hacer tragar bilis al capitán general.

A nuestro prócer se le llamaba generalmente "Cordovita" porque era delgado, de corta estatura y por su trato jovial. El ayuntamiento de 1813 confirmó su continuación en el empleo eligiéndolo su secretario. Algunos historiadores le atribuyen la iniciativa o sugerencia a la Corporación, encaminada a elevar una queja a la regencia de la Corona contra Bustamante, por el mal trato que daba al Ayuntamiento, lo que fue acordado en el acta suscrita el 2 de enero de 1813.

Por compra de oficio o remate -formalidad de la época- servía Cordovita el cargo de secretario del Ayuntamiento; pero Bustamente no lo perdía de vista y trataba de humillarlo a toda costa; aprovechó el acuerdo de desconocimiento de la Constitución dado por Fernando VII, y sin detenerse en miramientos ni consideraciones lo mandó destituir. Esa esperada actitud del capitán general la aprovechó el destituido para empeñar sus energías en la propaganda de las ideas de libertad. Fue en el año 1815 cuando don José Francisco se recibió de licenciado en Derecho, título otorgado por la Universidad de San Carlos donde hizo sus estudios. Desde entonces se distinguió como profesional, exhibiendo siempre su firme voluntad, su patriotismo y su capacidad, sentimientos que supo confirmar en los días de la intensa lucha por la independencia de Guatemala.

En junio de 1820, aprovechando el juramento de la Constitución acordada por el entonces capitán general don Carlos Urrutia y Montoya para el 9 de julio siguiente, Cordovita reclamó en derecho y obtuvo nuevamente el puesto de secretario del Ayuntamiento. Don Manuel Montúfar, su contemporáneo y amigo, dijo: "...Cuando escribe como secretario, copia el pensamiento de los hombres".

En 1824, Cordovita tomó la dirección del periódico El Observador, órgano que sustentaba principios moderados. Pero ya antes se había distinguido en la Asamblea Constituyente de 1823; se ha escrito reiteradamente que a él debe la patria la redacción del decreto del 1ro. de julio de dicho año, que declara la independencia absoluta de los Estado Unidos del Centro de América, documento de frases hermosas, cuyos períodos "tienen alcances supremos de Mandamientos", dice un historiador guatemalteco.

Dos años antes, el 15 de septiembre de 1821, Cordovita asistió a la Junta de Notables convocada por el jefe político superior interino Gabino Gaínza; y con audacia arrolladora insistió en la proclamación de la independencia. En la hora de la votación tanto él como don Santiago Milla dieron su voto en favor, como miembros del Colegio de Abogados. Y la emancipación de España se acordó en esa fecha porque la mayoría de hombres notables habían vencido en noble lid a sus oponentes, partidarios de la monarquía.

Poco después, cuando se hacían ostensibles las actividades tendientes a decretar la unión de las provincias que formaron el Reino de Guatemala al imperio mexicano, Cordovita fue de los que con el doctor Pedro Molina y don José Francisco Barrundia, combatieron los intentos de esa unión por distintos medios, especialmente cerca de la Junta Provincial Consultiva.

La descripción de Cordovita, según los historiadores de su época es como sigue: "Tiene particular gracia para ridiculizar todo cuanto no le agrada, y gran facilidad para mezclar con lo serio el sarcasmo y la burla, Es obstinado en su modo de pensar y cede muy pocas veces: tiene una gran penetración que le descubre sin trabajo el fondo de las cosas y de las personas, y eso lo hace previsor y desconfiado". García Granados dice en sus Memorias: "Tanto él (Cordovita) como su hermano don Mariano fueron entusiastas independientes, y después combatieron la unión a México; pero cuando se reunió la Asamblea Nacional Constituyente y se marcaron los dos partidos en que se dividió el país, los Córdovas, los Betetas, Sosa y otros con ideas democráticas que habían resistido aquella unión, se afiliaron en el partido moderado, y fueron de los que con más energía combatieron a los rojos o a fiebres". Montúfar y Coronado aparece más explícito al referirse a Cordovita en sus Memorias de Jalapa: "El carácter de Córdova es un compuesto de contrastes, y si se formasen bien en lo físico, y lo moral, la pintura ofrecería mayor interés. Córdova, con un talento feliz, se desprende con dificultad, o más bien no puede renunciar prevenciones envejecidas; hay personas y cosas que jamás obtendrán su respeto; si gusta de la comedia, difícilmente podrá formarse una ilusión sobre la tragedia, y el papel que representan algunos hombres públicos, así como el idioma que debe emplearse en las ocasiones más solemnes; le excitan una risa que no ha podido ni querido dominar. Su talento a la elasticidad de sus sentimientos susceptibles de una grande extensión, y a veces pegado a un punto muy estrecho: la ceguedad por su amor a Guatemala, excede a lo más lógico de un amante joven por el objeto de una primera pasión. Con la pasión en borrasca sabe lo que quiere decir, pero no siempre lo que debe callar y todo lo dice con tranquilidad, con entereza sin omitir lo más pequeño de lo que puede defender su causa, u ofender la contraria. En la tribuna ha probado Córdova más audacia que intriga, y la vanidad de poner estudio en sus discursos, ni parecer afectado en sus frases, ni copiante en la expresión, los priva de un mérito que no sabrá conocerse, fuera del tiempo, del lugar y de la ocasión en que se pronunciaron, Su análisis es natural, fácil y exacto; su expresión clara y nunca ambigua, jamás problemática y siempre concluye en sus felices improvisaciones.

Y seguidamente, en estas lineas lo que opinan algunos de los historiadores de nuestra época, sobre Cordovita: Dice el licenciado David Vela: "Sin embargo, fuera de conjeturas, sus contemporaneos reconocen que nuestro biógrafo fue una de las voluntades que trabajan con más ahínco por la independencia absoluta, y el mismo Córdova alegó para sí méritos de precursor del movimiento del 15 de septiembre de 1821...". El recordado periodista e historiador, Federico Hernández de León, dijo de Cordovita: "Este nombre debería tener en nuestras escuelas de enseñanza elemental y complementaria, acción de presencia, establecida para infundir en los ánimos juveniles, los sentimientos de gratitud y de ejemplo de elevadas aspiraciones". Y el padre del Archivo Nacional de Guatemala, profesor José Joaquín Pardo, escribió lo siguiente: "El licenciado José Francisco Córdova, el célebre Cordovita, a mediados de agosto de 1821, presentó al capitan general un extenso memorial calzado por más de 400 firmas (principalmente de universitarios) pidiendo la proclamación de la independencia. Córdova fue procesado nada menos que por los próceres Mariano Larrave, alcalde 1ro. y Pedro Arroyave, síndico". Y en el imparcial del 9 de enero de 1956, se lee: "El 15 de septiembre de 1821, Córdova, con el doctor Santiago Milla, representó al Colegio de Abogados y fue decidido adalid de la independencia inmediata, contra los próceres que pretendían retardarla. Sobrevenida la anexión a México por maniobras del bando aristocrático e imperialista, con Gaínza a la cabeza, José Francisco de Córdova fue uno de los más tenaces impugnadores y fue de consiguiente de los patriotas que sufrieron persecuciones por su oposición.

Las inmensas luchas que siguieron a la independencia absoluta, y en las que Cordovita participó con todo el ardor de su temperamento, ya como tribuno o con su pluma en el periódico, lo obligaron, en la hora de las más terribles persecuciones a marcharse a México. Fue un viaje precipitado en que hubo que dejar a su familia, en Ciudad Real de Chiapas. Después se trasladó a la capital mexicana donde sirvió algunos cargos públicos.

Su pensamiento estuvo siempre fijo en la patria amada, a la que había servido con el más entrañable de los amores. Ese pensamiento lo mantuvo hasta la hora final de su vida. El licenciado José Francisco de Córdova nació el 10 de octubre de 1786 en la ciudad de Guatemala, hijo del doctor José Antonio de Córdova y de doña María Luisa González, el 31 de marzo de 1814 casó con doña Manuela del Camino. Enviudó en México y allí contrajo segundas nupcias. Fueron varios los hijos de sus matrimonios. Su fallecimiento se registró en la ciudad de México, el 9 de enero de 1856.

Arturo Valdés Oliva
Breves apuntes sobre la Independencia
Editorial "José de Pineda Ibarra"
Ministerio de Educación Pública
1969

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